martes, 29 de octubre de 2013

¿Cómo conseguir experiencia?

El otro día, en la entrada " Jóvenes y Desempleo" hablábamos del grave problema que supone el desempleo juvenil. No cabe duda de que uno de los grandes obstáculos con los que se encuentran los jóvenes es la inexperiencia. Incluso si están interesados en emprender, para poder desarrollar cualquier proyecto empresarial es fundamental tener, además de unos conocimientos teóricos y un expíritu innovador, una base práctica.

Círculo vicioso


desempleo juvenil



Las empresas requieren un mínimo de experiencia, pero si nadie confía en mí una primera vez, ¿cómo puedo conseguirlo?

Para empezar, no nos centremos en lo que carecemos, sino tengamos en cuenta aquello que puede ser una ventaja. Analicemos los aspectos positivos de nuestro producto (es decir, de nosotros como profesionales). Recordemos lo que hablamos hace unos días en la entrada "Conoce al profesional que llevas dentro" :

"Hacer autoanálisis de forma exhaustiva y, sobre todo, sincera, nos va a permitir saber quiénes somos y hacia dónde podemos dirigirnos."

Puede que no tengamos experiencia laboral, pero es probable que hayamos realizado labores en las que hemos demostrado nuestra profesionalidad, de forma más o menos "sumergida": 


  • clases particulares
  • voluntariado
  • ayuda en un negocio familiar
  • organización de un viaje de estudios
  • publicar un blog... 


Independientemente de que esté más o menos relacionado con el trabajo que estemos buscando, nos permite demostrar y demostrarnos a nosotros mismos (muchas veces somos nuestros críticos más implacables) las capacidades y habilidades que  tenemos. En este sentido os recomiendo leer cómo Sabina Serrano nos aconseja  integrar esas otras experiencias en el CV.

Pero ¿cómo conseguir experiencia laboral en un entorno real? Durante los estudios tenemos la posibilidad de realizar prácticas, bien curriculares, es decir, obligatorias para obtener título o no curriculares, fruto del convenio con empresas o Universidades, en este caso, puede ser también en los cuatro años posteriores a la finalización de los estudios.

Pero también tenemos otras modalidades para cuando ya se ha obtenido el título que habilita para ejercer la actividad profesional.

Prácticas no laborales en empresas para jóvenes titulados

Van dirigidas a jóvenes menores de 26 años con una titulación, universitaria, de formación profesional o certificado de profesionalidad, que carezcan de experiencia en dicha titulación (se entiendo como tal a la que haya sido menor de 3 meses).


Las empresas interesadas en este programa firman un convenio con los Servicios Públicos de Empleo correspondientes de una duración entre 3 y 9 meses y tendrían que abonar una beca de un mínimo de 426 euros (80% del IPREM) más las cotizaciones sociales mínimas y asumen el compromiso de tutorizar al joven con el fin de que acumule la experiencia de la que carece.

En algunas CCAA como, por ejemplo, el Principado de Asturias se subvenciona a dichas empresas por las labores de tutoría, si se comprometen a una contratación laboral posterior al período de prácticas no laborales.

Se trata, por lo tanto, de una alternativa interesante para poder acceder a las empresas.


En este sentido, me gustaría remarcar el interés en que los jóvenes se inscriban como demandantes de empleo y actualicen su titulación en los Servicios de Empleo, porque en función de la información que conste en sus bases de datos, las Oficinas de Empleo realizarán la preselección de los candidatos para enviar a las empresas.


Contratos de trabajo

Otra alternativa de integración en el mercado de trabajo, específicamente dirigida a la obtención de experiencia, esta vez ya hablando de contratos de trabajo, son los contratos en prácticas, modalidad con la que se persigue incentivar a las empresas a contratar a recién titulados mediente reducciones de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social.


Este tipo de relación laboral  va dirigida a quienes hubieren obtenido en los últimos cinco años (o siete en el caso de discapacitados) un título universitario, de formación profesional o certificado de profesionalidad. No podrá tener una duración inferior a 6 meses ni superior a 2 años.

Obviamente podemos aspirar al resto de contratos previstos en la ordenación laboral , pero no es mala idea hacer hincapié, a la hora de presentar nuestra candidatura en las ventajas que puede presentar nuestra contratación, si cumplimos los requisitos para contrarrestar la inexperiencia. Lo importante es no regodearnos en las debilidades, sino resaltar nuestras fortalezas.

En esta artículo hemos partido de una situación en la que tenemos una titulación, pero carecemos de experiencia. Queda para otro día hablar de los recursos que tenemos cuando nuestro punto débil es la formación.

¿Os ha parecido interesante? ¿Cómo compensais el déficit de experiencia? Como siempre vuestras aportaciones serán útiles para todos. 







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