martes, 26 de noviembre de 2013

¿Cómo encontrar una idea de negocio ideal para mí?

En una entrada anterior, Autoempleo/Emprender habíamos llegado a la conclusión de que "una vez tomada la decisión de emprender, hay que hacerlo bien, y para ello es fundamental una definición de los objetivos y una planificación minuciosa que incluya aspectos productivos, económicos, legales, financieros..."

¿Qué tal si empezamos por el principio? 




idea de negocio
Ilustrador: Fernando Jiménez Nieto


Cuando empezamos a plantearnos que podríamos montar "algo" por nuestra cuenta no buscamos una idea cualquiera, sino.....


 LA IDEA

 ...así, en mayúsculas, que nos permitirá iniciar el negocio  ideal, perfecto para nosotros, y que lanzará al mercado el producto o servicio que todo el mundo necesita, pero que hasta ahora, nadie se había dado cuenta. El problema es que, esperando a que llegue la perfección, igual se nos pasa el tiempo y no llegamos a ponernos en marcha.

Partiendo de la  base de que no existe una fórmula mágica para encontrar esa idea perfecta, vamos a ver de donde podemos sacar algunas que, por lo menos sean factibles y prácticas:


  • ¿Cuál es mi profesión? Quizá no sea lo más romántico, pero sí lo más práctico,  aprovechemos nuestra experiencia y profesionalidad, pero con nuestra visión personal, seguro que si hemos trabajado por cuenta ajena, se nos ocurrían diferentes formas de enfocar el negocio que no podíamos desarrollar. Es el momento de poner toda nuestra creatividad a funcionar y crear un proyecto en el que destaquen nuestros conocimientos y forma de hacer las cosas.


  • ¿Y si pienso en mis hobbies? Es muy probable que tenga un hobby, una afición o una pasión en la que pueda aunar obligación y devoción, comercializando los resultados, enseñando a otros, consiguiendo materiales o herramientas, las posibilidades son amplias independientemente de cuál sea la temática: artesanía, manualidades, deportes, música....


  • ¿Soy un cliente insatisfecho? Si analizamos las carencias que detectamos como consumidores, igual podemos encontrar un hueco de mercado que rellenar, un producto, un servicio, una atención, una forma de hacer las cosas... Aquí adquiere un especial sentido la frase "Si algo no te gusta....cámbialo."


  • ¿Qué hacen en otros países? Investigar buscando productos o servicios que se ofrezcan en otros países y que aquí puedan resultar innovadores es otra opción, aunque requiere analizar la experiencia y ver si se puede adaptar a nuestras costumbres y de qué forma.


Más importante que la originalidad de la idea, es la capacidad que tengamos para diferenciarnos de los competidores potenciales, en el valor añadido que aportemos con nuestra experiencia, personal o profesional y que puede manifestarse en la propia idea de negocio, pero también en cualquier detalle de la exposición, la comercialización, el servicio post-venta... 

Como ya sabéis que soy la loca del autoanálisis, os propongo elaborar una lista de productos o servicios que nos gusten como consumidores y anotar qué características son las que nos hacen preferirlos a los de la competencia. Si lo hacéis, sería interesante compartir las conclusiones, sería una terapia de grupo muy enriquecedora, y seguramente generaríamos una tormenta de ideas muy útil.




Después de hacer trabajar conjuntamente a nuestra creatividad y a nuestro sentido común, tenemos una o varias ideas de negocio. ¿Me lanzo a la aventura empresarial de cabeza?


Noooooooooo

Antes reflexionemos si es susceptible de llevarse a cabo, os dejo una batería de preguntas que nos puede ayudar a hacer una primera evaluación de la viabilidad de la idea.

- ¿Conocemos bien el mercado?
- ¿Necesito ayuda para iniciar el proyecto?
- ¿Es fácil de poner en marcha?
- ¿Nosotros estaríamos dispuestos a pagar por ella?
- ¿Requiere mucha inversión?
- ¿Cuánta dedicación me va a exigir?
- ¿Tengo muchos competidores potenciales?
- ¿Me ilusiona el proyecto?

Si os parece interesante el tema, podemos dedicar una entrada específicamente a cómo realizar un test de evaluación riguroso, como primer paso para iniciar un proyecto serio y profesional que, aunque no nos garantice el éxito, sí nos proporcione seguridad y confianza.



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